Soy jugador de Rol…¿usted no? ¿A qué espera?
Pasen y lean, posiciónense y acepten que jugar a Rol es una afición tan enriquecedora como cualquier otra, aunque culturalmente creo que ofrece muuuuucho más que algunas que conozco y, ahora ya hablando desde el ámbito profesional como docente, abre mentes, potencia la creatividad, el trabajo en equipo, la investigación, la interdisciplinariedad y mil cosas más.
No sería quien soy sin declararme jugador de Rol; soy un ORGULLOSO JUGADOR DE ROL.
Y antes de que alguien diga alguna barbaridad piensen uds en lo siguiente.
¿QUÉ ES EL ROL?
Pues ni más ni menos que interpretar un papel. O sea, como un actor o actriz: interpretan alguien que no son durante un determinado lapso de tiempo (lo que dure la obra o representación) y al acabar cada uno vuelve a su casa y a sus vidas. Piensen ahora en sus actores favoritos, sí…exacto. Son jugadores de Rol. No, no me lo estoy inventando.
Robert de Niro, Glenn Close, Marlon Brando, Anthony Quinn, Al Pacino…y así podría seguir hasta repasar el total de la lista de actores «famosos» para afirmar lo siguiente: Son Roleros.
Sin más.
Y voy a demostrarlo:
-Interpretan a alguien que no son.
-Necesitan una preparación para investigar las motivaciones de sus personajes.
-Al acabar su «actuación/interpretación» vuelven a casa.
-Suelen comentar anécdotas de sus «interpretaciones» con su círculo de «iguales» o con gente con afinidades profesionales y/o culturales.
-Hay un director que les da información sobre el ambiente en el qué se desarrolla la acción en la qué su «interpretación» va a desarrollarse o tener lugar.
Obviamente hay unas diferencias bastante grandes:
-Les pagan.
-Suele haber atrezzo y decorados.
-Los actores tienen un guión.
Pues bien, a grandes rasgos son Roleros. Sin dudarlo, y no, no pueden evitar darme la razón.
Quizá lo que uds no saben es que los jugadores de rol hacen lo mismo que un actor (pero de manera no profesional, sin estudios al respecto y sin el apoyo de un decorado o un atrezzo acorde con la situación descrita por el director o «master»). Lo suelen hacer alrededor de una mesa, con un grupo de amigos y todos ellos tienen un personaje al que interpretar con uans características que lo describen en sus perfiles psicológicos y físicos, una hoja de papel que tiene una serie de indicadores que dicen qué eres, quién eres, qué sabes, qué no sabes, qué puedes hacer y qué estás aprendiendo, unas breves notas sobre tu «vida» y poco más.
Los jugadores de rol no tienen guión, se adaptan en función de sus personajes a las situaciones que se les van presentando. El «Director» conoce el guión completo pero desconoce cómo reaccionarán sus «actores» por lo que, ambos, van disfrutando de una interacción fluida y dinámica en el transcurso de la «obra/aventura» propuesta.
Sí, éso es jugar a Rol. Sin más pero sin menos. Y se hace por que es divertido, socializa, te da posibilidades de aprender cosas nuevas que quizá no te hubieras planteado aprender (vaya, como los actores cuando tienen que aprender esgrima para una película, documentarse sobre una época histórica o indagar sobre la vida de algún personaje para poder entender las motivaciones de su personaje), y te prepara para poder «meterte» mejor en la aventura o situación propuesta por el «director de la partida».
A lo que añado:
“Un juego de rol es un entretenimiento en el cual participan dos o más personas que interpretan a uno o varios personajes creando un espacio imaginado compartido, narrando lo que sucede y creando entre todos una historia.
En un juego de rol los jugadores representan un papel acorde con su personaje y se enfrentarán, usando la imaginación y sus artes escénicas, a un sinfín de desafíos planteados por uno, parte o todos los jugadores”.
Gracias a los juegos de Rol mis conocimientos de cultura general se expandieron hasta límites insospechados en mi etapa del instituto, con los juegos de tablero (que suelen orbitar cerca del mundo de los roleros) aprendí la geografía de Italia al dedillo (gracias al Maquiaveli), con el «Flat Top» la Segunda Guerra Mundial en la zona del Pacífico dejó de tener secretos y cuando empecé a investigar sobre H.P.Lovecraft en mis clases de literatura comprendrí muchísmo más los entresijos de los autores de la época y la profundidad de la literatura.
Gracias a los juegos de Rol aprendí sobre la Inglaterra Victoriana, sobre el mundo de la política internacional de la guerra fría, sobre historia medieval y sobre autores y mundos fantásticos que se consideran clásicos de la cultura universal en muchas de sus facetas y aspectos.
Sí, los juegos de Rol abrieron mi mundo y mi manera de pensar. Me animaron a leer, a disfrutar de otra manera de la literatura y del cine, me hicieron viajar y compartir experiencias y anécdotas al salir de la partida o campaña que estuviera jugando.
Vamos, como quien sale de su partidillo de fútbol o tenis, queda con sus colegas cada cierto tiempo para una cena o aficiones similares.
Jugar a Rol es una afición sana y culturalmente estimulante, no lo duden y no se engañen, y que no les engañen.
Jugar a Rol es tan nocivo como leer un libro o ver una película, tan peligroso como hacer que su hijo o ud mismo practique un deporte…¿considera que la actividad es peligrosa o considera, quizá, que es la persona que lo practica la que puede teenr un problema?
Lo digo antes de que alguien esgrima las consabidas noticias sobre los jugadores de Rol y los tristes sucesos asociados a una de mis aficiones favoritas. Todavía no he visto a nadie denigrar al fútbol o a otro deporte por sucesos de mucha mayor trascendencia social y humana, ¿verdad?.
Soy mejor profesional en mi ámbito gracias a muchas cosas que he aprendido jugando a Rol.
He leído más gracias a los juegos de Rol que a muchas “lecturas obligatorias” y he ampliado mis horizontes culturales y lingüísticos de una manera que ninguna academia o clase particular ha sabido ofrecerme.
He visto más cine, he escuchado más música, he aprendido más historia, folklore, mitología, política, geografía, psicología, sociología, antropología que la que se suponía que debía tener en mis años de BUP y COU y todavía recuerdo dejar estupefacto a un profesor de historia con ciertos apuntes sobre armamento medieval que no podía imaginar que un alumno de 3º de B.U.P. pudiera tener y éso hizo que cuando yo doy clase sepa como intentar emocionar sobre un tema que quizá no atraiga…convirtiéndolo en una aventura, en un misterio, en un desafío.
Me ha ofrecido la oportunidad de desarrollar la capacidad de ponerme en el lugar del otro y explorar las mil y una posibilidades que siempre me pregunté sobre “¿Qué hubiera pasado sí…? Algo que en las aulas se necesita a diario por parte de tod@s.
He sido un mago, un guerrero, un hombre lobo y un vampiro, un ladrón, un detective, un diletante, he viajado al futuro, al pasado y a otros mundos, he perdido “amigos” por un “bien mayor”, he viajado en el Orient Express en la Europa de 1923 en una misión por rescatar una reliquia perdida con mágicos poderes y he hecho viajar a un grupo de jugadores en esa misma aventura que yo “viví”, he luchado codo con codo en el castillo Wittengenstein y he oído la mítica frase de “salto, seguro que llego”, he sido un agente japonés con poderes de manipulación y control emocional parte de un grupo de élite en “Hijos de Chernobyl” junto con grandes amigos, he oído el tañir de la campana de Calebais y he sentido el miedo de sus fantasmas, he sido un miembro de la Guardia de Ankh-Morpork perseguido por un dragón de dimensiones (y olor) inenarrables, he sentido como mis ciberimplantes me eran arrancados en vivo mientras me negaba a delatar a mis compañeros sólo para darles más tiempo a rescatar a la hija de un rico magnate de una mega-corporación y saber que no les iba a volver a ver, he visto como alguien estrellaba un carguero espacial sobre un camión cisterna (sí, tal como suena), he sido un superhéroe en apuros cuando mis poderes fallaron de repente y la vida de los pasajeros de un tren dependía de mí, he conseguido que jugadores escuchen “Song 2” de Blur y (aún hoy) sientan un escalofrío y quieran salir corriendo de allí donde estén, he jugado mi alma en una partida de Póker y la he perdido sólo para jugármela otra vez para intentar recuperarla, he vivido y he muerto mil veces y en cada una de esas vidas he aprendido algo…
Sí…éso y mucho más es jugar a Rol, ya lo expuso muy brillantemente Manuel Gala Del Río en un fantástico escrito.
Juegue a Rol. Vamos, atrévase…lo sabe…sabe que se has preguntado mil veces “¿y sí…?”, jugando a Rol puede ser Luke Skywalker y fallar en ese mítico ataque a la Estrella de la Muerte o hacerlo completamente diferente y cambiar el curso de la historia, ser Superman y fallar en sujetar el helicóptero de Lois Lane para luego acabar en Apokolips y saber que esa Lois Lane era un clon, puede ser Terminator y no salvar a Sarah Connor o salvarla de otra manera, puede ser Batman o el Joker, Don Juan Tenorio, Alatriste, Alicia en el País de las Maravillas, Cucurucho en “EL Gran Juego” de Leticia Sánchez Ruiz o Atreyu en la “Historia Interminable”, Leónidas en 300 o “V” en ese mismo mundo, Harry Dresden con Bob la calavera, Jon Nieve o un rebelde de “Más allá del muro”, Phillip Marlowe o Moriarty, Guybrush Treepwood o Sam Vimes, el Capitán Nemo, Tetsuo o Kaneda, Indiana Jones, Neo, Alita, Thor, Spiderman, un héroe, un villano, un don nadie o un “wannabe” cualquiera..vamos, atrévase.
Los grandes actores de cine o teatro son jugadores de Rol. Lo sabe. Interpretan alguien que no son durante un rato con intensidad y entrega y, al acabar la función o el rodaje, vuelven a casa tan felices (o más) que antes.