Bueno…pues ya estamos aquí de nuevo con una nueva crónica del proyecto Monkey Island.
Ya os digo que vais a reir de lo lindo, aunque yo casi lloro y pronto entenderéis porqué. En fin, «cosas del directo» como suele decirse.
Así que vamos al lío grumetes, subid a bordo que hay marejada…y de la buena…sigh
(Oye, ¿éso es un mono de tres cabezas?…naaaaaaaaaaaaa, deben ser imaginaciones mías después de beber tanto Grog)
Cuando me propuse diseñar el Proyecto Monkey Island tuve mis reticencias basándome en la poca o nula Fé que tengo en los sistemas informáticos escolares, el mantenimiento general que suelen llevar (exceptuando casos puntuales) y mi experiencia general con las TIC-TAC en entorno escolar.
OJO: no digo que no sean útiles, valiosas, adaptadas a los tiempos que corren y mil cosas más…pero teniendo en cuenta mis experiencias sobre su implementación, desarrollo y catástrofes varias no me las veía con garantías. Había vivido en carnes propias aquello de la conexión que falla, no hay electricidad por un bajón de tensión, que si «este ordenador no funciona profe», «teacheeeeeeeeeeeeer, no carga» y mil cosas más que ya tod@s sabéis muy bien. Vamos, lo que tiene ser profe y punto. Por éso siempre tenía una opción analógica a mano cuando me planteaba alguna sesión con soporte o asistencia digital de cualquier clase.
Pero bueno, había que dar el salto. Entonces me propuse el proyecto Monkey Island y que Guybrush Threepwood abordara nuestras clases de Inglés de 5º y 6º. Pensé que al no ser un juego on-line tendría menos problemas de los que creía podría encontrarme en aplicaciones on-line para ámbito educativo.
Qué pardillo soy…
No pudiendo, o no sabiendo, ver las posibilidades de que por STEAM pudieran acceder tod@s mis alumn@s al juego me planteaba mil opciones. Finalmente, yo que ya no tengo la problemática de Guybrush y ya tengo mi título oficial otorgado por el Consejo de la Hermandad de la Costa auspiciado por mi augusta esposa, que casualmente ya lo tenía y era Gobernadora de nuestra pequeña Isla del Caribe en estos lares peninsulares, me hice con una copia de la edición especial ya que tendría lols dos juegos en un sólo archivo y venía con extras como BSO y Galería de ilustraciones a las que pretendía sacar provecho del bueno.
Sí, ya podéis llorar…y reir a carcajadas malignas a lo Le Chuck también, que os conozco.
Una vez supe que repetiría en el colegio, es lo que tiene ser Interino, allá por el 23 de Agosto y saliendo la lista definitiva el 30 del mismo mes (no voy a entrar en debatir o analizar este tipo de despropósitos organizativos ligados al calendario de adjudicaciones de plazas para interinos en mi CCAA de residencia) ya podéis imaginar lo que supone «correr» a acabar el proyecto, comprobar mil cosas y demás.
En fín, que me planté en el cole y acabé el diseño de los materiales de aula que ya había empezado en Julio y Agosto y me lancé a organizar mis materiales, mi espacio y-después-de la ilusión de instalar el juego en los ordenadores del aula de informática del centro.
Ahí estaba yo, subiendo las escaleras lleno de energía, de ganas por ver a Guybrush en marcha, de escuchar la voz de Le Chuck a todo trapo, de reirme con los chistes que mi alumnado no iba a entender y mil cosas más…y encima a mi directora le había encantado el proyecto y le parecía más que genial.
Os oigo reir, malvad@s. Os «odio» mucho.
Gracias a Clara Cordero de Agora Abierta, tenía una opción on-line para el Monkey Island 1que me parecía genial pero que, pensando en los tiempos que corren, quizá gráficamente no resultara especialmente atractiva para mi clase. Así que la desestimé com principal y la dejé com «emergencia»….me tendría que haber agarrado a ella como Guybrush a su pollo de goma.
Ni ordenadores ni leche, al ser una versión del juego «comprada» en Melée Island ya os podéis imaginar que el antivirus del aula de informática decía que era más dañina que un trozo de Kriptonita para Superman…y éso que la había probado en el ordenador de casa con mi mega-antivirus de pago, lo había probado en 4 ordenadores diferentes de los tutores y demás…
Llorar es poco, por si éso fuera poco el archivo con el material de aula del proyecto se fue a tomar Grog a alguna isla desconocida a 48 horas de presentar el proyecto en clase y tuve que rehacerlo ENTERO, las copias de seguridad tuvieron de seguridad lo que yo de pelo en la cabeza…y sí, Le Chuck se reía a carcajadas desde su barco… a éso le vamos a añadir que los portátiles del alumnado tienen un protocolo por el cual cualquier «cosa» instalada en C desaparece tras su reinicio y si lo instalaba en D el antivirus decía que cosas del área de las Tri-Islands no le venía muy bien que digamos. Vamos, de infarto es poco.
A éso le sumamos que el cañón de la clase de 5º y 6º se fue a tomar Grog a Scabb Island y ya tenemos la ecuación de un desastre.
A día de hoy estamos a la espera de que el centro de soporte digital venga o nos dé opciones válidas para poder implementar el uso del juego en clase…estoy obviando todo el proceso «burrocrático» que hay que hacer para que ésto suceda. Por cierto, éso sí, la atención por su parte ha sido más que exquisita….inmejorable e impresionante. De verdad que una cosa no quita la otra y han estado ultra-disponibles y cercanos para con nuestras necesidades.
Sí, es verdad…podría haberlo previsto. Pero bueno, fallo mío no pensar en ello y tampoco creer que un juego con unos requerimientos gráficos que nada tienen que ver con los actuales iban a dar problemas. A decir verdad era lo único que me preocupaba. Craso error, como ya se ha comprobado.
En fín, que ante estas tempestades toca capear el temporal y opté por presentar el juego en otra PDI, presentar los materiales básicos del juego-como ya os presenté en el post anterior– y algunos detalles del juego que debían investigar.
Como la cosa se retrasaba introduje el juego Tortuga 1667 del que fui mecenas para aprovechar las cartas de los piratas y trabajar las estructuras gramaticales ligadas a la descripción de personajes: descripciones físicas, ropas y personalidad además de combinarlo con un Listening y Spelling.
No estuvo mal como parche y ahora le voy a sacar más partido que el que tenía pensado al inicio del proyecto cuando lo integré como material asociado.
Visto lo visto y ante la situación tecnológica adelanté un material que iba a ser para la aplicación del juego en el aula de ordenadores: «The Scrolls of Monkey island».
Están diseñados para ser la guía de Reading de un juego complejo como es el Monkey Island. Básicamente es la guía de cómo avanzar en el juego, pero claro, se la he preparado en Inglés para que-al jugarlo en parejas- el «Captain» le diga al «First Mate» lo que tiene que hacer Guybrush. Así uno tiene que trabajar Reading y Speaking mientras que el otro tiene que trabajr Listening y hacer que Guybrush haga lo que le ha dicho su compañer@.
Así que nos pusimos manos a la obra en dos sesiones grupales en las que yo era Guybrush y el grueso de la clase tenía que leer su Scroll, dar una sola orden por turno y por grupo, y ver qué pasaba.
Sí, exactamente éso….una mezcla entre caos controlado, alucinación colectiva, desfase de niveles competenciales y clase de Inglés.
Pero oye, mejor de lo que creía.
Se evidenció que el grupo de 5º que lleva dos años dentro del proyecto de juegos y cuyas características individuales y como clase, tiene mejor adaptación tanto al nivel de Listening al que les tengo habituados y que alumando del grupo de 6º, superviviente del Proyecto «Horror On The orient Express», ha experimentado una sensible mejora teniendo en cuenta sus características singulares que ya os comenté.
En fín, que nos pusimos a ello primero en modo Luis Fonsi- o sea «des-pa-ci-to»- y luego fuimos cogiendo algo de velocidad hasta unos aceptables 3 nudos…una definición muy acertada teniendo en cuenta el lío mental que llevaban algunos.
Hay que tener en cuenta que si no me decían las órdenes en Inglés yo no hacía que Guybrush actuara y si la decían mal intentaba hacer exactamente lo que habían dicho…con error incluído.
Alguna pista mediante, y con su trabajo de Listening para entenderme, hicieron que entraran en la cocina, cogieran el pescado, el trozo de carne y estaban a punto de coger la olla cuando tuvimos que dejar la sesión en un «cliffhanger» digno de Karlos Arguiñano…jejejejeje…
Obviamente estoy resumiéndolo mucho por que si me metiera en detalles no acabaría hoy y os puedo asegurar que da para un cuaderno de bitácora pirata de los que no hay.
Y sí, fue espectacular el cambio de motivación…de ahí que siga en mi línea de integrar mecánicas de ABJ para el desarrollo de las habilidades lingüísticas en su más amplio término, no sólo en Inglés.
El cambio actitudinal del alumnado es más que evidente y si a éso le añadimos el presentar el puente entre el aprendizaje o desarrollo de habilidades gracias al juego y su trabsferencia a otros contextos el resultado es más que evidente y nuestros alumn@s no son cieg@s a ello. Ven la conexión entre juego-destreza trabajada-transferencia fuera del aula si se les explica.
De verdad que merece la pena hacerlo. Pero bueno, de éso ya volveré a hablar en otro momento.
Seguiré con la crónica de las desventuras de mi grupo y del proyecto Monkey Island en nuestra próxima parada, mientras tanto os veo en el Scumm Bar, invito yo.
PD: a día de hoy seguimos sin tener el juego en los ordenadores pero seguimos trabajando en ello, hay que decir que mi directora se está rompiendo los cuernos para que todo funcione y buscando opciones y soluciones a las sesiones grupales. Seguiremos informando.