Alice is Missing School Project 5ª parte: algunas reflexiones y comentarios docentes.

-Sobre herramientas extrañas, usos anómalos y otras frikadas-

Antes de nada quiero dejar claras unas cuantas cosas. Entre ellas varias «verdades incómodas» en nuestra práctica docente. Voy a rajar un poco bastante de algunas cosas que me afectan como docente y como padre, teniendo un hijo que transita en estos cauces formativos, y que considero que no viene mal mencionar.

Lo mejor para tu alumnado puede no ser lo que más te guste usar/hacer/practicar. Lo que necesite tu clase puede distar mucho de lo que llevas haciendo años o de lo que te dijiste que «no iba a servir» en tus clases. ¿Recuerdas lo que era estar sentado en una clase como alumno/a? ¿Qué pensarías si tuvieras un profe como tú dándote clase?

Porque a un profe le guste o se sienta «cómodo» con un tipo de herramienta didáctica, estrategia, enfoque, aplicación o lo que sea y se le dé bien usarla no quiere decir que su alumnado vaya a aprovecharla con éxito o que les vaya a resultar útil o provechosa.

Sin más pero sin menos. Y oye, también me afecta en mi día a día. Claro que me afecta y debe hacerme replantearme qué y cómo hago lo que hago en clase por varias razones.

  • Primera: la legislativa: qué me dice la ley educativa vigente en cada momento que debo contemplar y tener en cuenta como «obligado cumplimiento» para mi alumnado.
  • Segunda: adaptar lo que se me exige legislativamente a las condiciones y particularidades de mi centro y de mi alumnado teniendo en cuenta que cada uno/a viene de donde viene y tiene sus capacidades y limitaciones…además de ver la realidad de lo que puedo y no puedo hacer, de lo que voy a poder conseguir y de lo que no y para rematar la faena ver si el entorno (compañeros/as de centro/equipo docente/Dpto orientación y familias añaden, restan o ni lo uno ni lo otro.)
  • Tercero: se supone que debo partir de los intereses y motivaciones de mi alumnado para que esas adaptaciones puedan tornar las tareas/situaciones de aprendizaje/ejercicios o lo que sea en algo significativo que provoque que haya aprendizaje…porque recordemos que enseñar y aprender son dos variables de la ecuación que muchas veces no van juntas. ¿De verdad sé lo que le interesa a mi alumnado?

Yo uso una serie de estrategias y herramientas porque como usuario de estas herramientas ( jugador de juegos de tablero, juegos de rol y videojuegos) mi percepción de ciertos aspectos académicos formales adquirían «peso» porque tenía algo que los hacía «reales» o que los ponía en práctica. En serio. Llegué a clase como estudiante con «cosas» que hicieron que ciertas áreas fueran menos «densas» porque les veía la utilidad de una manera u otra.

Cuando me convertí en docente, y ya lo he repetido en numerosas ocasiones, me planteé que si yo había aprendido mediante este tipo de estrategias y herramientas quizá mi alumnado también podría hacerlo basándome en el grado de motivación que experimentaba cada vez que jugaba.

OJO: si algo de lo que «me gusta» veo que no va a ser bueno/útil/positivo para mi alumnado lo dejo. Se abandona. Se aparta. Así de sencillo.

Mi formación académica en Educación Física y la dimensión teórico-práctica de los elementos que conforman una situación de juego con sus aspectos formales me ayudaron a entender porqué había aprendido de la manera que lo había hecho…y fui investigando cómo llevar esa experiencia a mis clases. ¿Fácil? No, para nada.

Es algo que requiere experiencia, análisis, control constante y dominio de la materia en todos sus aspectos…y aún así no te asegura el éxito…pero te hace entender variables muy importantes a la hora de ser docente: principios de incertidumbre y de certidumbre, el fenómeno de «análisis parálisis», programación de acciones, elección de elementos estratégicos para enfrentar una situación y un larguísimo etcétera tenían una transferencia directa en las aulas. A todo ello añadir que la frase de «la práctica hace al maestro» en todo su sentido dentro y fuera del aula tiene mucho sentido. Otro día analizaremos cómo los juegos, mediante la práctica continuada, hacen que el usuario/a mejore…de ahí al aula…pues limpio y cristalino.

Especialmente la dimensión motivacional tanto a nivel de participación individual como grupal y en su dimensión anticipatoria frente a otras nuevas situaciones análogas que pudieran presentarse en el futuro y como los conocimientos previos y capacidad de aprovechamiento de los mismos supondrían un cambio en la actitud/motivación de los participantes y afectarían a la atención e interés en la situación concreta.

Jugando a videojuegos tuve que formular para crear un ácido que abriera una puerta, entendí que un cálculo mal hecho podía hacer que tu nave espacial llegara a lugares indeseados, que defender el pueblo de Frugelhofen fuera una cuestión matemática en muchos aspectos, he entendido que ciertos elementos del relieve de una zona iban a ayudarme a escapar de mis perseguidores o acrecentar mis posibilidades de atrapar a los secuestradores del hijo de unos acaudalados empresarios y así podría seguir hasta mañana o pasado poniendo ejemplos de aplicaciones de ciertos «saberes básicos» (como dice la nueva Ley Educativa, de la que podría estar dándole cera hasta dentro de una semana…aunque creo que lo haré en otro foro y de otro manera porque ahora no es ni el momento ni el lugar.)

El tema aquí gira en torno a la motivación y a la participación. Cómo motivar a alguien a participar en una situación en la que vayan a aprender algo. En muchas ocasiones dotar de un contexto concreto al contenido curricular que vamos a presentar va a hacer que sea más sencillo captar su atención/interés y por tanto llegar a motivar/participar en cierto nivel frente a la propuesta que hayamos hecho. Y me repito: no funciona siempre.

Aquí no venimos a que nuestra clase sea el club de la comedia o que se vuelva un circo. Impartir formación es una cosa muy seria…pero lo peligroso es convertirlo en aburrido. Sí, no pongas esa cara. ABURRIDO es como se siente mucho de nuestro alumnado, las veces que hablo con ex-alumnos/as es la tónica general…a ello añadirle que «no profe, estudiamos para el examen y ya está

Una gran parte de nuestro alumnado no tiene ni idea de para qué le sirve lo que se le presenta en las aulas o si tiene relación con algo de su mundo. Es así de simple.

¿Sabe nuestro alumnado cómo influye el relieve en que haya más o menos gastos de envío o que haya que planificar las vacaciones de una manera u otra en función del medio de transporte? ¿Entiende dónde se encuentra el MCD o el mcm en su día a día? ¿es capaz de ver algo de lo que les queremos enseñar cuando salen de nuestras aulas? ¿Hacemos algo para que sean capaces de verlo? ¿Alguien nos explicó a nosotros en nuestra etapa escolar alguna aplicación real de lo que se nos evaluaba en las aulas?

Me imagino vuestras respuestas…porque seguro que son las mismas que las que yo daría ahora mismo.

«Oye Óscar es que abogas por el utilitarismo«…pues un poco sí y un poco no. Dar un ejemplo de aplicación práctica del conocimiento no quiere decir que estés en situación de aplicarlo de manera real o de que para tu edad se te vaya a exigir. Demostrar que eso que «te están dando en clase» aunque no lo vayas a usar se usa en el mundo que te rodea hace del conocimiento algo innegable. Hay otras razones, el gusto por aprender es algo que también es parte del proceso pero también tiene que ver con, por mencionar un factor determinante, la motivación intrínseca y sobre ella hay que hablar en otro momento ya que es muy particular y obedece a otros muchos factores de los que he hablado hace unos párrafos.

Queremos atención pero no hay motivación, si no hay motivación el interés va a ser tendiendo a escaso o nulo. Mirad a vuestros quehaceres diarios, a vuestras reuniones y similares. Cuando no estáis motivados el interés que le podáis poner a algo es inexistente…y por ende vuestra atención.

Ya lo sugería el Anexo 2 referente a metodología de la derogada Orden ECD 65/2015 por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato que ya he mencionado en más de una ocasión cita lo siguiente:

Uno de los elementos clave en la enseñanza por competencias es despertar y mantener la motivación hacia el aprendizaje en el alumnado, lo que implica un nuevo planteamiento del papel del alumno, activo y autónomo, consciente de ser el responsable de su aprendizaje.

Los métodos docentes deberán favorecer la motivación por aprender en los alumnos y alumnas y, a tal fin, los profesores han de ser capaces de generar en ellos la curiosidad y la necesidad por adquirir los conocimientos, las destrezas y las actitudes y valores presentes en las competencias. Asimismo, con el propósito de mantener la motivación por aprender es necesario que los profesores procuren todo tipo de ayudas para que los estudiantes comprendan lo que aprenden, sepan para qué lo aprenden y sean capaces de usar lo aprendido en distintos contextos dentro y fuera del aula.

Para potenciar la motivación por el aprendizaje de competencias se requieren, además, metodologías activas y contextualizadas. Aquellas que faciliten la participación e implicación del alumnado y la adquisición y uso de conocimientos en situaciones reales, serán las que generen aprendizajes más transferibles y duraderos.

A ver… ¿Qué tal el MCD en Ikea? ¿Lo habéis usado mucho? ¿El mcm en Mercadona? y que vamos a decir de ese momento cuando estáis viendo una serie o leyendo un libro, os oigo gritar extasiados «OMG, ¡está usando un Complemento Circunstancial!¡Madre mía, qué pedazo de yuxtaposición explicativa!» seguro que os pasa a menudo. Pongo ejemplos burdos y directos porque sabemos que podemos profundizar mucho más pero en estas circunstancias no nos lleva a ningún sitio.

«A ver Óscar, tómate la medicación porque estás pasándote un poco«. Pues me parece que no, y es porque la tónica general que padecí como alumno, que vi durante mis prácticas en algunas aulas y centros en los que he estado además de lo que me cuenta el alumnado que estudia Magisterio y mis exalumnos pues dan como resultado lo que os he dicho a grandes rasgos.

Dar ejemplos de una aplicación real del conocimiento añade valor a que se estudie y/o presente en las aulas aunque no vayan a usar ese conocimiento de manera consciente y aplicada a lo largo de su vida posteriormente…y ayudará a dejar una base para aquel alumnado que quiera ahondar en su formación posteriormente. Aunque sean ejemplos de su aplicación en la NASA, en la OMS o donde sea…especialmente de aquellos contenidos de humanidades de los que «cuesta más» ver dónde están: impacto de la filosofía en la política o la economía, la poesía en la música y en el rap, instrumentación en las Bandas Sonoras, influencia de la narrativa en videojuegos y así hasta no acabar.

La tónica general es repetir el modelo al que hemos sobrevivido porque damos como «bueno» que el haber sido usuario de un proceso y haber llegado «a buen puerto» hace que lo validemos y nos dé seguridad…y por tanto lo repitamos sin preguntarnos nada más. No es una opinión mía, es un modelo pedagógico que podéis comprobar en la bibliografía pertinente.

Ahora pensad en cómo damos clase…y en cómo evaluamos a nuestro alumnado. En muchos casos evaluamos sin tan siquiera tener en cuenta los criterios de evaluación que establecen nuestras leyes educativas y ponemos el peso de la evaluación en las herramientas. «Mi hijo ha suspendido, ¿podría decirme en qué ha fallado?»  Una de las respuestas más típicas es: «por el cuaderno«…

Vamos a ver, ¿desde cuándo un cuaderno es un criterio de evaluación?. Desde nunca.
Ejemplo: «bien vamos a calificar su operación a corazón abierto: «20% bisturí+10% mascarilla+30% guantes+40% catéter» puesto que en este hospital así se ha hecho siempre.¿Verdad?
Lo de «el profesional es capaz de realizar una incisión oblicua de 3’7 cm de manera que los tejidos no afectados se vean comprometidos» ya lo dejamos para otro momento. Quizá no es lo mismo aplicar ese criterio en un campo de batalla, en un entorno en el que no hay material o cuando el cirujano encargado ha tenido que irse por otra urgencia y tienes que hacerlo tú sin la experiencia necesaria, en solitario y sin ayuda, sobre un cadáver para aprender o en cualquier otra situación imaginable.
A todo ello añadamos que no es lo mismo hacer esa incisión con un bisturí, con un boli BIC, una cuchilla de afeitar, un cristal roto o con un bisturí eléctrico… Ahora combinen todo lo expuesto y vuelvan a los % de calificación. Pues así en educación. Y ya estaría

Todo lo que presento en la web, y que tantas otras veces he comentado, son simplemente herramientas. Ni más ni menos. Ni defiendo que sean LA herramienta ni LA metodología. Ni por asomo.
Demonizar una estrategia o aproximación a lo que se puede llegar a usar en un aula me parece absolutamente cafre. Sin más.

No hay una herramienta ni metodología que sirva para todo ni en cualquier momento o etapa. He tenido más de una experiencia en la que el material que me había servido un año al año siguiente con otro grupo se convirtió en la catástrofe más absoluta… La herramienta adecuada en las manos adecuadas y para la tarea adecuada-normalmente-dan como resultado cumplir con la tarea en unas condiciones exitosas. ¿Siempre? Pues tampoco el 100% de las veces.

Y ahora podemos volver al Proyecto Alice is missing y mirarlo quizá con otra perspectiva. ¿No creen?

Mr Wolf Teacher

Mr Wolf Teacher

Profesor con ganas de aprender, Librófago, Teamaniac, Boardgamer, Roleplayer, videogamer de vez en cuando. Garou en mis ratos libres. Soy "gatófilo" y "perrófilo". Mallorquín de nacimiento y Asturiano de adopción, así que vivo en La Comarca. Estoy casado con una Valkyria. Llevo más de 15 años usando juegos como dinamizador de contenidos. Sir Daniel Fortesque debería estar en los libros de Historia. Gabriel Knight, Guysbrush Threepwood-Elaine Marley entre otr@s much@s son parte de mi generación. Tengo un condensador de "fluzo" y sé cómo usarlo. Los "point-and-click" deberían ser contenido de Competencia Lingüística. El cómic es cultura y literatura. Vamos, la aventura te espera...estás tardando.
Jueducación