Toda aventura tiene un inicio y en nuestro caso era el telegrama del director de la F.A.R. Lucius Wolf.
Esa invitación por parte del director de la Fundación que becó nuestros estudios, nos ayudó a salir adelante o conseguir nuestra primera salida profesional no podía ser ignorada y prestos y raudos los miembros de la F.A.R se dirigen a la ciudad de la Bloomfield en la que deberán instalarse para iniciar sus pesquisas. Aunque lo que se encontrarán allí les pondrá los pelos de punta y la carne de gallina.
Aquí está el germen del uso de todo el proceso de creación de personajes del proyecto, asignación de profesiones, detalle de habilidades, desarrollo de trasfondo, presentación de los Telegramas, cómo obtener información, entender el contexto histórico y las posibilidades tecnológicas de ese momento además de entender cuál es el objetivo que persiguen y de qué manera pueden contribuir como parte de un grupo desde sus diferentes individualidades…sí, efectivamente: una locura. Una locura que les iba a llevar al Estados Unidos de 1924 y a la ciudad de Bloomfield creada por Xabier Ugalde en la que iban a intentar resolver los diferentes misterios que iba a ir presentando.
Así que vamos a seguir esos pasos y a intercalar explicaciones docentes sobre los usos/contenidos curriculares que íbamos a introducir mediante la narrativa de la campaña La Sombra de Saros
Al llegar a Bloomfield (podéis encontrar el documento con la tarea relacionada en la sección de Materiales Descargables) se nos daban algunas pistas un poco más concretas.
Al instalarte en esa fría noche de Enero te has dado cuenta que la F.A.R había dejado un paquete; al abrirlo has encontrado una serie de fotografías: son los ciudadanos y ciudadanas más importantes de la ciudad con un comentario del director de la fundación, Lucius Wolf, pidiéndote que recabes información sobre ellos y ellas.
Además, otra nota acerca de un miembro de la F.A.R. desaparecido en una mansión cuando respondió a una oferta de trabajo que había publicado Justice Brewer, un famoso abogado de la ciudad, te ha dejado bastante intrigado. Si esa oferta vuelve a salir en el periódico el director te sugiere que la aceptes para ver qué le puede haber pasado a Elliot Rigby, el joven investigador de la F.A.R. desaparecido, junto a el insigne anticuario Sigfried Farnon que iba con él.
La noticia que acompaña el paquete te hiela la sangre ya que el director Wolf también te pide que intervengas en el caso, tiene la sospecha que el acusado es inocente. Warren Cobb es un antiguo amigo del director y cree que su antiguo amigo ha sido acusado injustamente.
Los recortes del periódico en el que se hablaba del macabro y brutal asesinato del joven Jerome Miller pone en jaque a los integrantes de nuestro grupo de investigadores/as así como las indicaciones que llevan a abrir la segunda línea de investigación: la desaparición de Elliot Rigby y de Sigfried Farnon.
Con esas dos premisas íbamos a poder empezar a desarrollar varias de las tareas que he ido presentando en posts anteriores y que dotaban de un paraguas bajo el cual integrar varias de las áreas del curso y que otorgarían coherencia y sentido a muchas de las aplicaciones que pretendía acercar a mi alumnado para que las pusieran en práctica.
¿Pero toda esta propuesta para qué me sirve en clase?¿Cómo pongo notas con estas «cosas»?
Pues fantástica pregunta que agradezco que me haga vuecencia. ¿todavía no le ha bastado con todo lo que ya hay en esta web y en concreto sobre los ejemplos que he ido presentando durante este tiempo? ¿No se han ejemplificado suficientemente la presencia de los elementos curriculares relativos a la legislación vigente en el momento (LOMCE) tanto a nivel de contenidos como de su vinculación con los criterios de evaluación?
¿Seguimos «poniendo nota» a las herramientas e instrumentos de evaluación en lugar de a lo que debería ponerse nota? Aunque ya sabemos que lo de «poner nota» sigue siendo lo que entiende todo el mundo…pero de pedagogía, evaluación y calificación no es este el lugar ni el momento.
Un «pequeño» apunte curricular, que aunque derogada ahora mismo, sería que se revisara el Anexo 2 referido a «Orientaciones para facilitar el desarrollo de estrategias metodológicas que permitan trabajar por competencias en el aula» de la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato. Creo que su lectura y análisis hará que el proyecto y aplicación de #rolenlasaulas en su más amplio término se pueda entender mejor.
Además de lo que ya hemos ido presentando a lo largo y ancho del proyecto tanto hace unos años como ahora creo que es evidente que los juegos de rol son una herramienta MUY potente para dinamizar contenidos curriculares pero creo que sobre ello vamos a hablar de manera más concreta en otro post…porque si no sé que me voy a enfrascar en una «exposición» que no conviene al tema de este post.
Volvamos a lo que nos ocupa. El juicio de Warren Cobb y la desaparición de Elliot Rigby y Warren Cobb.
Tras los primeros telegramas, era una tarea de producción escrita con unas condiciones concretas que puedes ver en la sección correspondiente de esta web y no me preguntes más sobre ello José Antonio, nuestros investigadores empezaron a dar sus primeros pasos intentando encontrar testigos y reuniendo informaciones de todo tipo e índole. Y claro, enfrentar a una clase a una sesión de rol grupal no es sencillo, lo he dicho muchas veces, y no es una tarea para todo el mundo ni que deba ser llevada a cabo.
La cuestión es que el hilo narrativo les gustaba, vi cómo les enganchaba y eran capaces de enlazar y conectar lo que veíamos en Bloomfield más allá de la ciudad, analizando las tareas y buscando los paralelismos con el «ahora» el proyecto fue ganando aceptación y participación.
Tomar apuntes se convirtió en algo esencial ya que las informaciones se daban una sola vez y ponía en máxima «tensión» a todo el mundo. Hablar de la manera adecuada a la persona que tuvieras delante adaptando el registro, vocabulario y formas se evidenció como algo a tener en cuenta y saber usar lo que nos llevó a la coherencia interpretativa derivada de las características, habilidades y trasfondo que las clases habían creado por lo que debían adherirse a todos esos aspectos sin posibilidad de «cambio» y teniendo que entender la relación entre personaje-capacidades/limitaciones y lo que haría el jugador/a. ¿Sencillo? Para nada. No todo el mundo sabe hacerlo y los inicios no fueron fáciles; aunque hubo gente que sí entró muy fácilmente en la propuesta otros no tanto y en ocasiones eran disruptivos pero, no lo negaré, tuve algo de suerte porque la propuesta caló y resolver los «misterios de Bloomfield» derivó en algo esperado y que-aunque en principio no se entendía como una tarea o una actividad de clase- se fue evidenciando de manera paulatina hasta que cogí el curriculum de mi CCAA y les leí los criterios de evaluación correspondientes a Lengua Castella y Lengua Inglesa, principalmente, que ejemplificaban los bloques de contenido de «Comprensión Oral» y «Producción Oral» (para inglés) y de «Hablar y Escuchar«, «Leer«, «Escribir» y «Conocimiento de la Lengua» principalmente y elementos de «Educación Literaria» sus caras lo dijeron todo.
Sí, les leí el curriculum.
Al fin y al cabo es público, ¿Verdad? Hacemos referencia a ello en las reuniones de familias, ¿porqué no debería haberlo leído a mi alumnado? El hacerlo cargó de sentido mucho de lo que fue sucediendo a lo largo del curso y sí, les leí el «Mediante este criterio se valorará si el alumno o la alumna es capaz de…«y lo fui ejemplificando en las tareas cuando veía cara de duda. Ahí cambiaron muchas cosas: MUCHAS.
Cuando en las sesiones de rol propiamente dicho se ponían los elementos correspondientes a los contenidos de comunicación oral, fuera a nivel receptivo o productivo, había muchos elementos que poder evaluar. En inglés si no declarabas las acciones en la lengua extranjera tu personaje se quedaba «congelado» y claro…en ciertas situaciones no era conveniente…especialmente si estás en una mansión en la que ya han desaparecido otros miembros de tu Fundación, tienes que investigar el piso de Elliot Rigby y alguien provoca un incendio mientras encuentras un cadáver y un rastro de sangre que indica que alguien herido salió por la ventana para escapar por la escalera de incendios, llegas a un almacén en el que una extraña criatura parecida a un gusano de alquitrán/sombras parece seguirte o tienes que entender la descripción que alguien te está dando para comprobar si eres de fiar y si vienes de parte de quien dices que te ha enviado…y así mil y una…jejejejejeje
Una de las más interesantes sucedió a final de curso cuando tuvimos un taller con la policía judicial y científica.
Montaron una escena del crimen para explicar cuáles eran los procedimientos de recogida de evidencias, hablar con testigos, importancia de las declaraciones, los defectos de forma en la redacción de los informes las consecuencias que tendrían, la importancia de la documentación y una larguísima lista de procedimientos que seguían a la hora de realizar sus investigaciones, presentarlas ante un juez e intentar atrapar a delincuentes o resolver otro tipo de situaciones.
Lo mejor vino cuando vi muchas de sus caras. Lo habían visto en Bloomfield.
¿Con el mismo nivel de profundidad? Obviamente no, pero muchas de las referencias no les eran ajenas.
De repente alguien les estaba diciendo que lo que estábamos «roleando» en clase se usaba fuera de ahí (sí, a otro nivel) pero dotó de una solidez absolutamente brutal a todo el recorrido que habíamos transitado hasta ese momento.
Cuando hablamos de cómo dirigirse al juez, interrogar a testigos, preguntar a posibles informantes o sospechosos (habíamos hablado del uso de las estructuras en subjuntivo para construir preguntas que propiciarían un tipo de respuesta en concreto, los registros y uso de sinónimos, las entonaciones y pausas para resaltar ciertos elementos tanto para quien escuchara en el jurado como para hacer énfasis en aspectos concretos para los testigos, cambiar las estructuras o utilizar adverbios-perífrasis y otros elementos sintáctico-discursivos para que las preguntas tuvieran una mayor o menor complejidad) se vio la necesidad del conocimiento de los usos, abusos y errores habituales a la hora de la interacción con las personas, la influencia del lenguaje no-verbal, la entonación además de entender quiénes hacían las preguntas, dónde las hacían y a quién se las hacían además del comportamiento previo si ya habían tenido algún tipo de encuentro previo. El método científico en cómo analizar pruebas, los análisis forenses, en el informe de la autopsia, en la descripción detallada de una escena-cuerpo-sospechoso, la ubicación en el espacio de objetos y su importancia para la reconstrucción de los hechos, la ciencia/las ciencias en su más amplio término, ética/moral en los juicios de valor atendiendo a la profesión/aspecto/ideología o en los prejuicios a las personas y así puedo seguir hasta rellenar una web entera.
El rol trata de todas estas cosas y muchas más.
El rol trata sobre personas/personajes en situaciones que no son ajenas a una multitud de variables como no lo son los personajes de una serie o película al contexto en el que se desarrollan o las personas a quiénes son, de dónde vienen y cómo han llegado hasta el momento en el que se encuentran cuando deben enfrentarse a un evento del tipo que sea.
Todas esas cosas daban y se sustentaban no solamente con la historia que habíamos presentado, se fundamentaba en elementos de evaluación y todo bajo el paraguas narrativo que vertebraba las diferentes áreas. Bloomfield estaba en Inglés, Lengua Castellana, Matemáticas y Arts de una manera innegable y el que fuera así daba fuerza al proyecto.
Ir a hablar con la familia de Jerome Miller abrió un punto importante a varios niveles. ¿Cómo vas a hablar con una familia en una situación así? ¿De qué manera pides que colaboren cuando el objetivo es intentar exculpar al sospechoso principal?
Pues no fue fácil…hubo un trabajo previo tanteando si esa situación era manejable por todo el mundo a nivel emocional. Lo sobrenatural, el misterio, las pistas iban creando una atmósfera siniestra y oscura sobre Bloomfield y hubo alumnado que me lo comunicó.
Ante situaciones en las que vi que afectaba de alguna manera más intensa de lo que hubiera pensado (iba preguntando muy a menudo si todo iba bien, cómo se sentían y similares) hubo una alumna que me dijo que había estado teniendo pesadillas; me preocupé y le dije que no quería que algo así le estuviera pasando y que pararía el desarrollo narrativo de las sesiones porque me sentía responsable de que ella «lo pasara mal». Su respuesta fue tajante: «no profe, no es responsabilidad tuya. Las pesadillas las tengo yo y Bloomfield me gusta, ya haré yo algo para no tenerlas pero hay que resolver el misterio«.
Mi cara de estupefacción fue absoluta y me dejó con una sabor agridulce por motivos obvios. No quería que algo así afectara a alguien de mi clase y-al mismo tiempo-me sorprendió y me alegró ver esa respuesta tan madura en mi alumna. Pasadas unas sesiones, gestionando algunas de las descripciones y demás fui preguntándole en privado cómo iba todo y me dijo que mejor. Incluso en una tutoría con su familia hablamos de ello y la respuesta de su madre y de su padre fue muy positiva en todos los aspectos. No mentiré, tuve suerte y no voy a negarlo.
Tratar un tema tan sensible como es la muerte de un niño no es algo que deba ser llevado a la ligera- recordemos que uno de los documentos de la campaña es el informe forense con los resultados de la autopsia- y aunque el taller de la Policía Judicial y Científica había evidenciado que detalles «gore» podían marcar la diferencia en una investigación hay cosas que hay que presentarlas con las herramientas de seguridad adecuadas y con el clima que acompañe a esos temas. Fue una buena lección tanto a nivel pedagógico como humano y me sirvió como piedra de toque para estar especialmente atento a esa parte del alumnado que «no dice nada» pero que lleva las cosas por dentro. Me puedo «apuntar el tanto» de que el clima de comunicación con ambas clases era muy bueno y se habían creado espacios para que se pudiera hablar de aquello que les «tocara» o preocupara en cualquier momento porque necesitaba que hubiera una atmósfera de comunicación responsable por ambas partes, y una situación así dejó claro que estaba funcionando.
El juicio de Warren Cobb fue uno de los momentos álgidos del proyecto.
Se preparó durante varias semanas dando protagonismo a las abogadas como las portavoces y encargadas de llevar a cabo su defensa; estudiamos y analizamos la necesidad de formular preguntas de maneras concretas, qué elementos constitutivos debían tener, cómo enunciarlas, preparar réplicas, buscar testigos y elaborar preguntas para los mismos, realizamos un par de simulacros sobre cómo íbamos a interrogar a los posibles testigos y cómo dirigirnos al jurado y al juez en caso de cualquier tipo de eventualidad, imaginamos qué diría el fiscal y analizamos a los miembros del jurado para poder recusar aquellos que pudiéramos argumentar que no iban a ser idóneos para el cargo…y ya os podéis hacer una idea de la cantidad de contenidos curriculares presentes. No era baladí recordarles que la vida de Warren Cobb dependía del veredicto…un hombre inocente podía acabar sentenciado a la pena de muerte. ¿Qué consecuencias tendría un veredicto de culpabilidad?¿Y de inocencia?¿La ciudadanía aceptaría el resultado fuera cual fuera?
Hubo intentos de amedrentar a las abogadas y tras el fallo del jurado, interrumpido por un fuerte terremoto que iba a dar paso a otra parte de la aventura que no llegamos a acabar, atentaron contra la vida de ambas.
La tarea resultante fue absolutamente espectacular puesto que debían describir qué veían y cómo se despertaban y una de las alumnas que interpretaba a Betty Cooper hizo una de las mejores descripciones de los últimos años. Siento no tenerla a mano porque de verdad que me dejó fascinado…y así se lo hice saber. Toda la clase la felicitó.
Warren Cobb fue declarado inocente tras una deliberación complicada y hubo consecuencias…ya que las investigaciones de nuestros aguerridos becarios/as de la F.A.R. habían dejado entrever que había oscuros hilos moviéndose en la ciudad en diferentes esferas y con diferentes intereses…a cuál más oscuro.
Elliot Rigby seguía desaparecido pero las pistas indicaban que Sigfried y él habían entrado en la antigua mansión Belasco de la que Sigfried había conseguido escapar a duras penas y a todo ello la tragedia de los mineros atrapados en Rose Ledge no daban tregua a nuestros/as investigadores/as… aunque todos estos detalles sería mejor tratarlos en ese coqueto local que ya conocemos y en el que Maffy prepara esas deliciosas tartas de arándanos o quizá el el Café Threepwood, uno de los lugares de moda de la ciudad…¿nos acompañan?
Y es que en la ciudad de Bloomfield hay luces y sombras…y en ellas se ocultan muchos misterios a la espera de ser resueltos…o no.