Fábula, una introducción a los juegos de rol. 2ª y 3ª Parte . #rolenlasaulas

Cuando os presenté el Proyecto Fábula lo hice como manera de evidenciar que las mecáncias de juegos de Rol son mucho más cercanas de lo que podría parecer.

Siempre parece osado acercar los juegos de Rol a los primeros cursos de Primaria pero nada más lejos de la realidad; podemos acercarlos a través de narraciones compartidas sin usar los elementos «formales» de los juegos de Rol de tablero.

En esta caso y como ya comenté yo sí quise adentrarme en ese desafío que-sin evidenciarlo-ponía en marcha las destrezas de escritura cuando las necesitáramos y daban respuesta a un objetivo concreto: dejar constancia de quiénes somos al encarnar a nuestros personajes, dar a la memoria de cada jugador algo a lo que sujetarse y, además, servirnos de identificador de l que estábamos haciendo dentro de un contexto mucho más grande como es el de una «aventura».

A decir verdad siempre es complejo organizar una sesión de Rol para 16 alumn@s de 1º y 2º a la vez; sólo por las características de esta etapa ya os podéis hacer una idea de cómo os va a ir todo el tinglado como no esté muy bien preparado; la clase poco organizada o el ambiente para el desarrollo de la actividad poco elaborado.

Los antecedentes los podéis ver en el post que os he enlazado anteriormente y hoy quiero dar a conocer unos pasitos más dentro de este tipo de metodologías.

En este siguiente pasito de las mecánicas de #rolenlasaulas les propuse una aventura llamada «La Abadía» en la que debían usar a sus personajes para resolver lo que pasaba en la historia.

Ese reto era ya mayúsculo pues tenían que dar respuestas a cada parte de la historia de acorde con sus personajes y las características que tuvieran…ser coherentes para alumnos/as de 1º y 2º cuando lo que quieren es «ganar» y «ser protagonistas» ya os podéis imaginar que de fácil no tiene nada de nada.

Pese a esa percepción inicial y las complicaciones habituales, por que las hubo, la verdad es que fue muy satisfactorio ver cómo se desarrollaba la sesión: mucho trabajo de expresión oral grupal, explicar palabras y vocabulario, hacerles preguntas para contextualizar y concretar el tipo de acciones que debían pensar…y sobre todo, qué harían sus personajes y no ellos/as. Ése era el objetivo principal: no actuar como lo harían ellos y ellas, «ser» el personaje por un rato y darle al «coco» para ver hasta dónde llegan.

La aventura de «La Abadía» era bastante compleja para esas edades pero estuvo bien que hay que seguir adaptando muchas partes y elementos de las narraciones para hacerlas más y más asequibles. Y tampoco podemos negar que la historia les gustó, especialmente la parte de la bruja transformada en Cuervo y la premisa final de hacer que el organista se viera poco afectado por el lazo emocional con el cuervo…vamos, un elemento narrativo MUY complejo que la clase tuvo que lidiar de manera individual y luego-en debate abierto-grupal.

El principal aporte de la sesión fue el tener que dar respuestas a las propuestas desde cada personaje y desde las cartas de objeto que les había repartido.

Pero como me estoy desviando del tema, vamos a centrar de nuevo: cada alumn@ con su personaje, les repartí 3 cartas de objeto que iban a tener que usar en las tres partes del cuento y descartándose de cada una de ellas a mediad que las usaran. Cada carta además tiene un valor en «estrellas» que serviría como parte de la puntuación al final de la sesión, pero claro éso no se lo dije. No quería un elemento competitivo, quería coherencia.

Las respuestas adecuadas les otorgarían «plumas de escritor» como recompensa a su coherencia y originalidad a la hora de resolver las situaciones planteadas en la narración, y les darían 2 puntos al final de la historia por cada una de ellas. Se otorgarían de 1 a 3 plumas en función de originalidad, narración del uso de la carta y coherencia con el personaje.

A partir de la 2ª ronda, justo antes de empezar el tercer capítulo, se abriría la opción de «cambiar cartas» a razón de 1 carta por cada dos plumas. Así podrían descartarse de alguna pero para cambiar las que quedaban en su mano debían «pagar» con las plumas obtenidas.

Y aquí ya os podéis imaginar que los rasgos de personalidad empezaron a hacer de las suyas, jejejejejeje…hubo gente que cambió cartas y otras que no, que querían sus plumas por encima de todas las cosas. Fue un «momento Gollum» total.

Para la ronda final se abrió la «compra de cartas» con el mismo precio que la ronda anterior. Y sí, también hubo gente que tuvo un momento como el anterior. En mi malignidad no les dije que las plumas les servirían para cambiar cosas de sus personajes, así que también quise jugar con ese punto a propósito.

Acabó la aventura de «La Abadía» con bastante buen resultado y haciéndome pensar en qué les había motivado, cuánto me había costado en «tirada de salvación de afonía» cuando estaba narrando y querían participar, los buenos momentos de silencio escuchando las opciones que daban cada uno de los participantes y el desarrollo general de la sesión.

No puedo negar la dificultad de este tipo de mecánicas con un grupo mixto de 1º y 2º que no está acostumbrado de manera habitual a este tipo de actividades que llevo a cabo en el área de Lengua Extranjera pero que no puedo llevar más habitualmente en el aula desde que no soy tutor y estoy sólo como especialista. Lo bueno es que el grupo de 2º, que ya me tuvo el año pasado, ya está acostumbrado a este tipo de actividades y que, pese a que les lleva trabajo, suelen ponerse a ello con muchas ganas.

Después de esa sesión empezamos a preparar la siguiente en la que serían escritores y escritoras. 

Podrían elegir una historia de entre las que les pondría para elegir y a partir de ahí deberían elegir 3 personajes y un objeto a utilizar en cada capítulo que no podría repetirse en los siguientes. Sí, era una actividad compleja por muchos motivos pero hay que desafiarles para poder ver de qué son capaces, ¿No?

No sólo por la lectura, la comprensión de lo que habían leído, el elegir qué hacer con el objeto y que cada personaje lo usara de manera coherente dentro de la historia para responder al desafío que plantea la narración en cada capítulo, decidir qué iban a escribir y hacerlo sin yo darles más indicaciones que seguir las instrucciones básicas de la historia que habían elegido con anterioridad y que yo había puesto en la pizarra.

El desarrollo de la sesión también tenía un aliciente más; dijimos y hablamos de que los «libros hablan«, de que las historias que alguien escribe «suenan» en los lectores que las leen, que esas «voces» que guardan las letras nos hacen viajar y que las historias que escribieran quedarían guardadas para quienes vinieran detrás…así que cuando alguien fuera a la Biblioteca sus «pergaminos» enrollados y cerrados con una cinta, envejecidos por obra del profe y de sus «técnicas secretas» harían que quienes quisieran leer esas historias se encontraran con lo que ell@s habían escrito…y quien sabe, cuando llegaran a 6º y antes de marchar al instituto podrían «leerse a sí mism@s» y ver cómo eran entonces cuando tenían 6 y 7 años.

Sólo con éso ya se formó un debate muy interesante que te sigue haciendo pensar lo importante que es para un niñ@ que le escuchen y que le dejen hablar sobre algo que le apasiona. Y me sorprendió muy agradablemente ver cómo los libros, los cuentos y el dejar algo para los demás por escrito les motivó mucho, muchísimo a decir verdad.

Además les hizo especial gracia lo de «leerse a ell@s mism@s» cuando estuvieran en 6º; les pareció una idea intersante y atractiva y much@s dijero que si podrían traer a sus familias para que lo leyeran…obviamente el «sí» fue la respuesta automática.

Y todo ésto me lleva a la interdiciplinariedad y a los ejes vertebradores; ¿Por qué? Pues porque en nuestro centro nos hicimos abanderados del #ProyectoPergamino junto con Graciela Suárez en su colegio «Escuelas Blancas» de Oviedo y sobre el qué desarrollamos una aplicación en el aula destinada a la revitalización de las Bibliotecas escolares, del placer de la lectura y mucho más. Y habla de libros, de que los libros «hablan y tienen voces» y que hay «Cazadores de Libros» que tienen «habilidades especiales».

Presentamos «Pergamino, el hijo del cazador de libros» y a través de estas tareas previas con Fábula ya habíamos creado en estos primeros cursos el ambiente adecuado para hablar de cuentos, bibliotecas, escritores y todo lo que rodea al mundo en el qué nos íbamos a embarcar con la lectura de Pergamino en el cole.

Podéis encontrar más información en el blog de Proyecto Pergamino y en el Twitter de Pergamino Y también decir que hemos conseguido que 20 centros se apunten a esta aventura lectora basada en la obra de Sergio A. Sierra y Meritxell Ribas Puigmal. A través de esa línea central se trabajrán las profesiones, geografía, lengua, naturales y un largo etcétera…así que hemos querido viajar desde el libro hacia muchas fronteras.

Dicho lo cual volvamos a nuestro taller de escritores.

La actividad fue poco a poco cogiendo ritmo y «vida», no sin muchas explicaciones individuales, atender al grupo de 1º un poco específicamente por sus interminables dudas pero donde se nota la imaginación desbordante y las ganas de escribir cosas. Me sorprendió no escuchar quejas sobre lo de escribir; esperaba muchas y alguna que otra pataleta ya que suponía muuuuucho trabajo pero no. Creo que fue de las cosas que más me sorprendieron en la sesión.

Uno de los objetivos de la sesión era que, después, nos diéramos cuenta de lo que supone no escribir para nosotr@s mism@s; la caligrafía y que cualquiera pudiera leer nuestra historia de repente adquirió valor real y no sólo por tener letra clara. Si no nos podían leer nuestra historia se quedaba «muda», no podía contar lo que queríamos decir y algo nuestro se quedaría sin «hablar».

No era importante la ortografía en este primer acercamiento al taller de escritores, era muuuuuuuucho más importante el escribir sin otro objetivo que contar algo, no preocupándose de las faltas -a éso llegaríamos después junto con la tutora como trabajo conjunto al leer la historia y leerla con faltas y que se dieran cuenta de cómo una falta de ortografía cambia la pronunciación de una palabra en mayor o en menor medida- y sí teniendo gaans de escribir y de expresarse por escrito.

¿La clase fue en silencio?.

Para nada, vamos…lo que menos hubo fue silencio. Había dudas a tutiplén; cómo usar objetos, corregir a aquell@s que se saltaban las instrucciones iniciales, debate sobre entender o no entender lo que decía el cuenta y a qué se refería debido a vocabulario más elevado del qué están acostumbrad@s y una enciclopedia de las habituales preguntas que ya podéis imaginar que se fueron sucediendo, repitiendo y repitiendo hasta el infinito y más allá con la consecuente tirada de «ay madre que me va a dar algo, no me escucháis nunca» del menda que os escribe desde estas líneas.

Muchísima charla en la mesa de objetos; ahí hubo verdadera política internacional para dar y tomar referente al uso de objetos. Se organizó una especie de asamblea en la que los poco imaginativos soltaban preguntas al aire para ver si alguien replicacba algo que puediran llevarse a sus historias; gente que no sabía qué era tal o cual objeto; que si yo he usado ésto para lo otro; «profeeeeeeeeee, Fulanita me ha dicho que no puedo usar estó para lo de más allá» y vamos…todo lo que imaginéis y más.

Pero iban a escribir sus historias…escribían, y escribían con ganas; querían contar sus cuentos y contarlos a su manera y-por encima de todo- estaban metid@s en la actividad. Así que voy a valorar muy positivamente esta segunda y tercera sesión del proyecto Fábula por haber desarrollado -dentro de nuestras posibilidades- parte de los objetivos que se plantea, dar herramientas para la evaluación y calificación, presentar métodos alternativos del trabajo de las competencias y -muy importante- que nuestra clase se enfrente a un reto como éste de una manera completamente alejada del stress, de equivocarse con reprimenda o reacción negativa, aprendiendo a gestionar, tomar decisiones y a tener claro para qué se hacen las cosas.

Lo dicho…pasen y jueguen. Merece la pena. Palabra de profe. #rolenlasaulas #pasenyjueguen

Mr Wolf Teacher

Mr Wolf Teacher

Profesor con ganas de aprender, Librófago, Teamaniac, Boardgamer, Roleplayer, videogamer de vez en cuando. Garou en mis ratos libres. Soy "gatófilo" y "perrófilo". Mallorquín de nacimiento y Asturiano de adopción, así que vivo en La Comarca. Estoy casado con una Valkyria. Llevo más de 15 años usando juegos como dinamizador de contenidos. Sir Daniel Fortesque debería estar en los libros de Historia. Gabriel Knight, Guysbrush Threepwood-Elaine Marley entre otr@s much@s son parte de mi generación. Tengo un condensador de "fluzo" y sé cómo usarlo. Los "point-and-click" deberían ser contenido de Competencia Lingüística. El cómic es cultura y literatura. Vamos, la aventura te espera...estás tardando.
Jueducación