Tuve el honor de ser entrevistado-por segunda vez-por Mel Elices Agudo en su blog sobre mi visión de la educación actualmente.
Mil gracias por la oportunidad y por contar conmigo compañera. Aquí tenéis la entrevista en su blog, de recomendadísima visita.
1. Desde que te conozco, sé que no has tenido pelos en la lengua al hablar y debatir sobre educación. Ahí va una pregunta para que te mojes: según tú, ¿qué es lo que falla en el sistema educativo?
Básicamente la conexión entre contenidos y la vida. Parecerá algo obvio pero no lo es. A mi modo de ver la cantidad de contenidos inútiles que se están impartiendo en nuestros centros educativos es brutal.
Me explico:
¿Cuántas veces te han explicado en clase para qué sirve el Mínimo Común Múltiplo o el Máximo Común Divisor?
¿Te han explicado alguna vez la aplicación práctica de eso?
¿Y de las integrales?
¿Las derivadas?
¿Explicamos la importancia de la historia y su conocimiento? ¿Ofrecemos la conexión entre las áreas y el desarrollo de la persona?
Y así podría no acabar hoy. Y me da igual lo que me digan. Es así, muchos docentes sabemos que es así. NO hay que cerrar los ojos. La formación post-obligatoria es otra cosa. ¿Podemos ir preparando a través de talleres de matemáticas, lengua, ciencias y un largo etcétera a nuestro alumnado? Sí. Por supuesto. La cuestión es ver cómo ofrecemos lo que se imparte en nuestras aulas y ver si realmente nosotros mismos ofrecemos la conexión.
Hagámonos esta pregunta: ¿si fuéramos a nuestras aulas qué pensaríamos de nosotros como docentes? Otra sería: ¿realmente creemos en lo que damos? ¿es útil o necesario? ¿Lo cambiaríamos de momento vital educativo? ¿Por qué?
Debemos cuestionarnos muuuuuuchas cosas.
No es que no puedan ser útiles o necesarios pero mi pregunta se centra en, según el MEC, la preparación que la Educación Obligatoria ofrece a nuestro alumnado y cuál es el objetivo-según el Ministerio-que la Educción Obligatoria debería cumplir: ¿cumple su objetivo? ¿De verdad? ¿Cualquiera de nuestros alumnos/as está preparado a los 16 años para incorporarse a la sociedad de manera suficientemente autónoma si no quiere continuar su formación?
Por tanto la refundación de la Educación en nuestro país parte de adecuar lo que se da y cómo se da en nuestros centros a lo que realmente sabemos que podemos y entendemos que debemos transmitir para cumplir con el objetivo de la Educación básico obligatoria.
Otro punto vital es: la Educación perdió su viso de “necesidad” para mejorar personal y profesionalmente. Soy de la generación en la qué mis padres había visto en sus abuelos la diferencia entre ser Bachiller y no serlo, ellos vieron la diferencia entre ser Universitario y no serlo y luego…la debacle. La formación dejó de ser garante de una mejora. Así de simple. El modelo social de “éxito” dejó de ser prepararse para algo, no que seas estudioso o Universitario-eso fue también otro error-si no ver que tener un título Universitario o una Formación Superior dejó de ser algo que te abría puertas. ¿Parece normal que gente tenga que quitarse formación en un Curriculum por estar “sobreformado” para poder acceder a un puesto de trabajo?
Y cuidado, para Formarse siempre hay tiempo para ser Educado es vital hacerlo en los primeros años de vida. Exprimimos tanto a nuestro alumnado que ellos y ellas se ven como número, la presión que dicen sufrir por sus familias por obtener resultados y la identificación de cifras con éxito es alienante para cualquiera…y docentes y alumnado lo sufren. Primero somos personas; una persona valorada, con ganas y motivada vivirá cualquier éxito como lo que es dándole igual el resultado numérico. Es algo sobre lo que debemos reflexionar y trabajar. MUCHO.
La tiranía del libro de texto está empezando a ser cuestionada-de lo cual me alegro-pero seguimos viendo los libros de texto como un objetivo en lugar de cómo una herramienta y eso es un error mayúsculo. Priorizamos acabar libros y aprobar exámenes a aprender o a aplicar aprendizajes de manera efectiva y/o práctica. La desconexión es brutal.
Los tempos de aprendizaje vienen marcados por “fecha de fabricación” de nuestro alumnado y no por su capacidad para hacer o desarrollar unas destrezas; el interinaje del profesorado imposibilita una mínima estabilidad pedagógica. Si las plazas vacantes se cubrieran de manera eficiente se daría una situación metodológica y pedagógica que mejoraría la atención al alumnado y el desarrollo de la acción docente. Me explico, en mi CCAA si las plazas vacantes –que no las sustituciones- se dieran por dos años el alumnado tendría la estabilidad necesaria para acomodarse al docente y a su enfoque y el docente tendría el tiempo para diseñar-adaptar-modificar-revisar sus estrategias y mecánicas al grupo que tenga. Algo tan simple ofrecería estabilidad laboral, pedagógica, metodológica y aplicación de modificaciones de una manera mucho más activa-reactiva gracias al feedback continuado y la capacidad de programación y planificación. Y no está pasando por que cada año los interinos cambian de centro…con todo lo que ello conlleva.
Caso aparte es la edad en la qué nuestros alumnos y alumnas pasan al Instituto-defenderé siempre que ir al Instituto con 12 años es totalmente negativo por múltiples razones madurativas, pedagógicas y de aprendizaje social y formativo-así como la desconexión pedagógica entre las diferentes etapas educativas y su impacto en el alumnado. ¿Por qué hay asamblea en infantil como espacio de expresión y atención y de repente desaparece en Primaria? ¿Por qué en Primaria se potencia unas metodologías que en Secundaria parecen desaparecer? ¿Por qué se habla tanto de las Habilidades Sociales (liderazgo, creatividad, proactividad, empatía y otras) como necesarias y valoradas por las empresas y por otros estamentos pero no se valoran o se incentivan de manera cohesiva y coherente entre todos?
Ahí lo dejo…
2. Últimamente, he escrito varios artículos sobre “esos centros que no dejan enseñar a los docentes”. ¿Qué opinas de eso?
Bueno, por experiencia, te puedo decir que existen…y que muchas familias siguen creyendo eso como “normal” o “adecuado”. Que innovar y cambiar no va a hacer que sus hijos/as saquen dieces. Por tanto creo que esos centros, a la larga, ven como un reclamo comercial ofrecer “innovación” pero no sé si creen en ella. El docente que se ve “ninguneado” al final ahce su trabajo de puertas hacia dentro, en su aula y ya. Lo digo por experiencia. Cree en lo que hace y ve el resultado en su clase, lo hace por y para su clase aunque se vea solo.
3. “La letra con sangre entra”, ¿algo que decir sobre esta afirmación?
Que no sólo es antipedagógico si no que es contrario a cualquier acercamiento funcional al aprendizaje. Necesidad de aprender algo no tiene que vincularse a “sufrir para aprender”. NUNCA
4. Tema peligroso: calificaciones, exámenes y boletines de notas. ¿Crees que es posible realmente unas aulas sin lo dicho anteriormente?
Sí y no. No es una cuestión de no evaluar o “examinar” o de comunicar los resultados; es una cuestión de ofrecer guía y acompañamiento. Ofrecer un objetivo claro en nuestras aulas, explicar por qué eso que establecemos como objetivo es útil/necesario para cada edad, explicitar que no hay sólo una manera de conseguirlo o de enfocarlo y así sucesivamente. Siempre pongo el ejemplo del carnet de conducir y es bastante “visual”: para ir al examen práctico necesitas el teórico para entender la necesidad de aprender las señales y otras cosas…en clase podemos y debemos hacer lo mismo. Pero OJO, los valores humanos son parte vital del aprendizaje, son evaluables y deben ser comunicados a todos los elementos de la comunidad educativa. No somos número o etiquetas, somos personas. Si eres un estudiante sobresaliente pero una persona insuficiente hay que tenerlo en cuenta…
¿Aulas sin exámenes? Sí, si conseguimos cambiar la percepción de éxito. En las reuniones de padres de inicio de curso presento mi plan de trabajo de manera que 40% sean las pruebas objetivas, 40% el trabajo diario y 20% los proyectos. Así nadie puede jugárselo todo a una carta. Hay familias que se quejan por que no hay peso en los exámenes, mi respuesta es clara: “¿a usted le pagan la nómina por 3-4 días al trimestre?”, su silencio es mi mejor respuesta.
Nuestro alumnado debe integrar la necesidad del equilibrio, del esfuerzo y de reconocer sus puntos flacos y fuertes. Ése es el verdadero examen. He tenido alumnos/as “suspendiendo” exámenes con apuntes y libros. No sabían usarlos para buscar pero eran capaces de recitar párrafos enteros de memoria…a eso me refiero con “examinar”. Cuando ese bache pasa ellos/as ven la necesidad de aprender a usar lo que tienen. Ése es un examen real, una evaluación real y una necesidad real de aprendizaje y aplicación.
5. Hablemos de una cita de Albert Einstein que sé que te apasiona: “el aprendizaje es experiencia. Todos lo demás es información”. ¿Qué nos dices de eso?
La verdad es que poco puedo añadir a eso. La frase es autoexplicativa. Necesitamos la experiencia para sedimentar y ver qué grado de integración tenemos sobre algo por eso me apasiona usar juegos en el aula. Demuestra de manera “no evaluativa explícita” el grado de integración de mecánicas formales, el estilo de aprendizaje de nuestro alumnado y el enfoque que tienen sobre su proceso de integración de conocimientos y su aplicación.
6. ¿Hay profesores y maestros que tienen vocación en las aulas?
Sí. Los ves vivir y sentir lo que hacen. Son un faro que ofrece un punto al que dirigirse y sobre el qué edificar o planificar nuestros pasos. Sin vocación no hay pasión. Sin pasión sólo hay instrucción. El docente con vocación, como el artista, tiene pasión por lo que hace y por cómo lo hace. Se fija en lo que quiere y carece de otra ambición que no sea ser dar lo mejor que pueda dar. Esa vocación es vital y necesaria en todos los ámbitos profesionales pero especialmente en el trato humano.
La Sanidad, educación y justicia así como servicios como bomberos y policía deben tener un componente vocacional total y absolutamente vital.
7. “Mamá, papá: me aburro mucho en clase”. ¿Los docentes pueden elaborar unas clases más atractivas para los alumnos?
Sí, principalmente por que ellos/as fueron alumnos/as en algún momento y eso debe ser un ancla en la que mirarse cuando están en clase. No es una cuestión de que nuestras clases sean un circo o “El Club de la Comedia”. Un docente no es un colega o un amigo. Un docente es alguien cercano o lejano pero que debe estar a una distancia adecuada de su alumnado para que perciba que no es un igual pero que-a la vez- está ahí para ayudarle. Es el bombero que apagará el fuego, el policía que ayudará a resolver un conflicto o el doctor que se preocupará por nuestra salud.
Un docente debe no olvidar que fue alumno/a…si pierde esa conexión se pierde y apaga la llama de la emoción…sin emoción la vocación muere, si la vocación muere te conviertes en instructor…
8. Entremos a tu terreno. Los juegos educativos siempre han existido. ¿Por qué crees que se utilizan tan poco en las aulas?
Por que no eran curriculares. Por que al área de Educación Física se la desatiende. Por que no se ve la conexión real y útil entre un juego y el proceso de aprendizaje real de nuestro alumnado.
Sin embargo, y todos lo sabemos, cuando jugamos nos liberamos de esa “ansiedad de test” desarrollamos y aceptamos fortalezas y debilidades de manera muchísimo más abierta y flexible.
Es ahí donde debemos trabajar: “Hundir la Flota”, “La Oca”, “El Parchís” por citar los básicos tienen dimensionalidad curricular si se ofrece y se trabaja como tal. Dar el salto a juegos más actuales es dar un paso adelante, no es saltar al vacio. Merece la pena vivir jugando el aprendizaje. Y la enseñanza mucho más.
9. Para ser profesor, ¿hace falta algo más que tener una carrera y las oposiciones?
Corazón y una nevera. Sonará a chiste pero es así. Retomo el ejemplo del carnet de conducir: yo no daría el carnet de conducir por “pena” o “por ser buena persona” a nadie. Básicamente por las consecuencias que tendría que alguien no preparado se pusiera al volante. Supongo que se entiende la analogía.
Hay que querer ayudar, acompañar en victorias y derrotas, ser estricto y claro, justo y ecuánime y siempre cumplir lo que digas. Coherencia, sin más ni menos. Y no es fácil después de sufrir la presión burocrática, la familiar, la social y la cultural…mucho que ponerse sobre los hombros.
10. Aprender a ser personas, ¿un concepto que no se tiene muy en cuenta en los centros educativos?
Tal y como he comentado anteriormente sigue pesando en exceso el etiquetaje numérico de nuestro alumnado; la tan denostada área de Ed. Física es la única que evalúa -y tiene en su desarrollo- los valores humanos de cooperación, respeto, colaboración, aceptación de límites y normas y un largo etcétera
Atendiendo a esta variable tan explícita el concepto de “ser persona” debería ser integrado de manera holística dentro de los centros como una seña de identidad vinculada al desarrollo académico y no desligado del mismo.
11. ¿Estamos preparados para una transformación educativa?
Buf, buena pregunta. ¿Preparados?
Sí, por supuesto…muchísimos docentes luchan por ello a diario. Hace falta que nuestros Gobiernos entiendan que somos los docentes quienes deberíamos estar vinculado al diseño de las leyes educativas-para empezar- y que se nos debe escuchar. Que en las facultades de formación de futuros docentes no puede haber gente hablando e impartiendo clases sobre acción en las aulas cuando ellos/as no han pisado un aula de la etapa sobre la que están impartiendo docencia universitaria, que los modelos educativos memorísticos no son la única vía válida de aprendizaje y que hay más de un camino para llegar a Roma.
El cambio y transformación educativa-tal y como defiende Sir Ken robinson- parte de una revolución docente y educativa en la qué no haya áreas “Marías” y en la qué no haya áreas de primera o de segunda, una revolución docente y educativa donde se entienda que las personas son lo primero y la formación depende de otros muchos factores. Una nueva “Ilustración” en la qué nos maravillemos con lo humano, con nuestro planeta y entendamos que no podemos dar pasos hacia adelante basándonos en el dinero o en pisotear a los demás como único objetivo. Competir es un acto humano que nos debe motivar a ser mejores. La transformación educativa parte de querer aprender y entender y no de querer ser un 10 sin entender de dónde sale o para qué sirve. Es mejor poco y bien que mucho y mal.
12. ¿Por qué crees que todos los contenidos que aprenden los alumnos se les olvida tan rápidamente?
Por lo que he comentado anteriormente: no hay necesidad de uso práctico. “Es comer para vomitar”, es darse un “atracón” sin disfrutar de la comida. NO hay necesidad real para aprender y eso está vinculado al modelo metodológico y pedagógico de la cultura educativa de los últimos años. Vemos los resultados a diario. Por eso transformar la educación es tan complejo. La inercia educativa es brutal, cuesta muchísimo detenerla, limpiarla y ponerla en marcha de nuevo. Es como parar un tren en marcha y volver a arrancarlo y encima con maquinistas y jefes de estación que cambian las vías, motores y agujas cada 4 años.
Dale a un alumno/a algo real y práctico y no lo olvidará. Me repito: “el aprendizaje es experiencia”. Sin más pero sin menos. La experiencia necesita de una base, ya sea teórica o experiencial, pero ahí entra en juego el docente como facilitador…
13.¿Los alumnos son perfectos por haber sacado un diez en un examen?
Si hablamos “académicamente” debería contestar que sí. Lamentablemente me gustaría poner a ese perfil de alumnado frente al mismo tipo de contenidos “vestidos” de otra manera y ver qué pasa…
¿Qué es ser un 10? Ahí radica una buena parte del ADN educativo y cultural de nuestra sociedad y de nuestro colectivo docente.
Un 10 es ser capaz de aplicar lo que he aprendido más allá de lo que he tenido en el aula. Da igual el resultado numérico de un examen. Sacar un 10 no es garante de un aprendizaje es evidencia de un test.
Un examen no es un proceso, es un resultado de un momento…he tenido alumnos excelentes que frente a un examen no gestionan la ansiedad y se bloquean, otros que en clase se rascan la barriga y luego en un examen desarrollan cosas que ni siquiera te habías planteado y mil combinaciones más.
¿Qué es un 10? Compleja pregunta…la perfección de un alumno/a no es un resultado numérico. Es darse cuenta de qué ha aprendido, por qué y para qué. Su nota en el examen es otra cosa.